Lin Dong todavía estaba conversando tranquilamente con el Alcalde Fang.
Chu Yunxiu no pudo evitar preguntar:
—Señor Alcalde Fang, si me permite la osadía, ¿cómo llegó a conocer a Lin Dong? —¿Por qué asistiría al banquete de cumpleaños del Anciano Qiao solo por la invitación de Lin Dong?
Hacer esta pregunta requería bastante valentía de su parte.
Fue algo abrupto, pero su curiosidad era abrumadora.
No sólo ella, todos tenían la misma pregunta.
Las personas de la Familia Zhou también miraban hacia allí, ansiosos por obtener una respuesta.
Al oír esta pregunta, el Alcalde Fang frunció ligeramente el ceño.
No era libre de divulgar la identidad del Maestro Lin.
Afortunadamente, tenía otra explicación preparada.
Dijo con una sonrisa:
—El señor Lin Dong me trató una enfermedad; ¡él es mi bienhechor!
Al oír esto, todos de repente entendieron.
Así que gracias a tratar al Alcalde Fang había escalado esa conexión. No es de extrañar que el Alcalde Fang fuera tan cortés con Lin Dong.
