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—Presidenta Shen, su regalo es demasiado valioso —en ese momento, Qiao Guoting reprimió la sorpresa en su corazón y se apresuró a declinar.
No estaba familiarizado con Shen Yun y se sentía indigno de recibir una villa tan valiosa como regalo de cumpleaños.
Sin embargo, Shen Yun simplemente movió la mano y dijo:
—Anciano Qiao, este pequeño detalle no es nada comparado con la amabilidad que el señor Lin me ha demostrado.
Al escuchar esto, todos se asombraron una vez más.
Incapaz de contenerse, y aunque sospechaba que el señor Lin mencionado por Shen Yun era de hecho Lin Dong, Qiao Guoting aún no pudo evitar preguntar como si lo supiera:
—Presidenta Shen, el señor Lin que acaba de mencionar, ¿es Lin Dong?
—Naturalmente, es el señor Lin Dong, ¿quién más podría ser? —respondió Shen Yun con una sonrisa.
¡Zumbido!
Aunque todos habían especulado justo ahora que el señor Lin en boca de Shen Yun era Lin Dong, en el momento de la confirmación, aun así causaron bastante revuelo.