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—Lin Dong, ya que no nos dejas ningún margen de maniobra, luchemos hasta la muerte —Wang Tianyun apretó los dientes mientras lo decía.
Después de terminar sus palabras, sacó su teléfono y realizó una llamada. Esta llamada era a su padre, Wang Hao, el hombre más rico de Jiangnan. La llamada se conectó rápidamente.
—Tianyun, ¿qué está pasando? ¿Por qué veo en las noticias que tus dos compañías han sido selladas? —Una voz autoritaria vino del otro extremo del teléfono.
Wang Tianyun, con la voz temblorosa y al borde de las lágrimas, dijo:
—Papá, he ofendido a alguien, ¡esto es obra de esa persona!
—¿Ah sí? ¿Quién es él? ¿Cómo se atreve a meterse con nuestra Familia Wang? —dijo fríamente Wang Hao.
—Por fuera, es un doctor. En cuanto a su identidad real, no estoy seguro. Pero es aterrador, ya ha llevado a la bancarrota a la Familia Sun. Sun Ping de la Familia Sun incluso ha sido enloquecido por él —Wang Tianyun se ahogaba mientras hablaba.
