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—Si es demasiado caro, ¡ve a sentarte a otra mesa!
Al escuchar sus palabras, la cara de Bai Jue se mostró muy desagradable.
A un lado, la delegada de clase Chen Nana intervino para actuar como mediadora.
Ella dijo:
—Zhang Meilan, no hay necesidad de pedir cosas tan caras. Solo estamos teniendo una reunión de compañeros de clase, no haciendo negocios.
Zhang Meilan se encogió de hombros y dijo:
—Nana, ya les he hecho el favor de dejarles sentarse en esta mesa. Ahora que están aquí, deberían tener la confianza para quedarse en esta mesa.
—Si no pueden pagarla, simplemente se pueden mover a otra mesa. ¡Pretender ser rico sin dinero es realmente despreciable!
La cara de la Hermana Bai Jue se puso roja de ira y, de manera subconsciente, agarró la mano de Lin Dong, con la intención de tragarse su orgullo y moverse a otra mesa.
Sin embargo, Lin Dong dijo:
—Hermana Bai Jue, vamos a sentarnos todos en una mesa. ¿Has olvidado? Ahora tenemos más dinero del que podemos gastar.