En el Jeep, Ye Linglong dijo:
—Maestro Lin, quiero ver tu batalla con Liu Qingshan dentro de siete días. ¿Puedo seguir siendo tu chofer entonces?
Lin Dong estaba algo sin palabras y dijo:
—¿Realmente te has vuelto adicta a ser chofer?
—Jeje—sí, realmente estoy adicta a eso. ¿Qué dices, me darás esa oportunidad? —Ye Linglong dijo, riendo con la mano tapando su boca.
Si los ajenos vieran esta escena, probablemente estarían asombrados.
Ye Linglong, en los ojos de los demás, siempre ha sido una imagen de mujer elevada sobre todos. Nunca parecería como ahora, mostrando este comportamiento jovial.
Y para realmente tomar la iniciativa de ser la chofer de otro hombre.
—Maestro Lin, considerando la ayuda que nuestra Familia Ye ha proporcionado esta vez, ¿me darás esta oportunidad? —Ye Linglong preguntó con un guiño.
Lin Dong suspiró, asintiendo con la cabeza.
