Y justo antes de llegar al salón, Geoffrey apareció y caminó a su lado. Ella estaba algo sorprendida pero rápidamente ocultó sus ojos llorosos.
—Joven Señora, gracias por dar a luz al Joven Maestro Dax. Muchas gracias —dijo Geoffrey en un tono suave pero agradecido.
Geoffrey sabía lo que había pasado en el pasado, cómo la Familia Sinclair había maltratado a Bella. Saber que todavía estaba dando a luz al sucesor de Sinclair lo conmovió profundamente. Ella era fuerte, manejando su embarazo, dando a luz y criando a su hijo sola.
Bella permaneció en silencio, luchando por contener sus lágrimas de alegría mientras veía a su hijo encontrarse con Tristan. Pero ver la expresión llorosa de Geoffrey solo sirvió para entristecerla aún más.
Ella le sonrió gentilmente antes de desviar su mirada, una vez más luchando contra sus lágrimas. Pensando que había logrado esconder sus emociones, se sorprendió al oír la voz de Tristan cerca de su oído.