—Bryan, gracias. Gracias... —dijo Bella con voz temblorosa, las lágrimas corriendo por su rostro. Después de intentar calmar sus emociones, continuó:
— Nunca olvidaré tu sacrificio y valentía, Bryan. Tristan y yo estamos eternamente agradecidos y en deuda contigo.
—Señora, por favor no diga eso. Usted y el Jefe Tristan no me deben nada. Protegerlos con mi vida es mi máximo deber —respondió Bryan incómodo, preocupado al verla llorar.
—Aun así, Tristan y yo estamos muy agradecidos de que no pensaras dos veces antes de poner tu vida en peligro por mí. Muchas gracias, Bryan. —Bella logró sonreír a través de sus lágrimas. Nunca olvidaría todo lo que Bryan había hecho por ella; en su corazón, ya lo consideraba un miembro de su familia.
Tristan, al ver llorar a su esposa, puso su mano en la cintura de ella y la acercó para que se parara junto a él, temiendo que pudiera colapsar de nuevo.