—Harper, ¿y tú? ¿Sean te permite trabajar? —finalmente dijo Bella, expresando su preocupación.
La cara de Harper se tensó lentamente. Sacudió la cabeza, incapaz de responder a la pregunta de Bella.
Nunca se había imaginado convirtiéndose en ama de casa porque amaba trabajar y construir su empresa actual. Siempre se había visto a sí misma como una mujer de carrera y nada más.
Sin embargo, la pregunta de Bella se convirtió en un llamado de atención. Debería haberle preguntado a Sean sobre esto antes de casarse.
—Nunca lo discutimos, pero sé que tendré que hablarlo con Sean más pronto o más tarde —dijo Harper, mostrando una leve sonrisa.
—Cuando quieras, chica —Bella palmeó su mano suavemente antes de continuar—. Por cierto, ¿cómo va la preparación de tu boda?