Tristan se sentaba silenciosamente en su vehículo mientras se dirigía rápidamente a la Casa de Ladrillo Rojo, que servía como su base en las afueras de la ciudad.
Estaba ansioso por conocer los resultados del interrogatorio de Reid a los dos hombres que le habían causado preocupación durante los últimos meses. Parecían tener un interés inusual en la identidad de su esposa.
Claramente, alguien estaba apuntando a Bella, y Tristan temía que esta persona podría ser su viejo enemigo. Este enemigo había desaparecido después de que los venció en un enfrentamiento para asegurar la propiedad y el control completo de algunos de los tratos mineros hace unos años.
La idea de que esta persona regresara y explotara su debilidad—su esposa e hijo—llenaba a Tristan de temor. Sabía que no se perdonaría si su enemigo dañara a su familia de alguna manera.
Estaba decidido a descubrir quién estaba detrás de todo esto y ponerle fin, asegurando la seguridad de su familia y su propia paz mental.