El Alfa Denzel se sentía impotente ante el giro de los acontecimientos, pero al menos podía ver la pureza de la relación entre Luz de Luna y Denver.
Tenía sus sospechas al respecto, pero decidió guardarlas para sí mismo hasta el regreso de Denver.
—No te preocupes, Luz de Luna. Denver tiene la habilidad de teletransportarse y se ha ido a Las Vegas —el Alfa Denzel la tranquilizó.
—¿Denver puede teletransportarse? —preguntó el Alfa El Cairo, con un ligero temor evidente en su tono. Denver no era un hombre lobo ordinario y poseía talentos excepcionales. A pesar de esto, Luz de Luna había elegido el vínculo de compañero sobre el amor que sentía por Denver.
—Eso no debería ser motivo de preocupación. ¿Cuándo planean ustedes dos ser coronados? —preguntó el Alfa Denzel, desviando la conversación de Denver.
Él estaba genuinamente feliz por ellos, sabiendo que Luz de Luna estaba destinada a ser una Luna, ya fuera que se quedara con Denver o con su pareja.