—Creo que debería ir a cuidarla —dijo Valerie, levantándose de su silla, pero Denzel la retuvo sujetando su mano.
—Su pareja está con ella, así que ¿qué exactamente vas a hacer? —Un tono divertido matizaba su voz, y Valerie se sentó de nuevo en su silla, aún preocupada hasta que Ashley regresó, luciendo exhausta.
—Pareces como si hubieras corrido un maratón —observó Valerie en voz alta. Ashley bostezó y se recostó en su silla con Ídris a su lado.
—He dormido mucho, pero no sé por qué todavía me siento tan cansada —bostezó de nuevo. Valerie e Ídris estaban inquietos, pero el Alfa Denzel sonreía de oreja a oreja.
—No estaría mal pasarse por el hospital de la manada para un chequeo, ¿quién sabe? —Se encogió de hombros. Ashley lo miró con sospecha.
—Denzel, si sabes algo, dilo. Somos familiares, así que no te preocupes por ofenderme ni nada por el estilo —dijo Ashley. Denzel respondió.