—¿Cómo te sientes? —preguntó Alfa Denzel, con un tono de voz preocupado, ya que esperaba algo así.
Se suponía que la coronación activaría los poderes de Valerie, ya que no estaban destinados para ella, sino más bien para la manada y cualquiera que pudiera necesitarlos.
Él vio el cambio en el color de sus ojos, la córnea volviéndose tan clara como el agua.
Valerie no podía guardárselo para sí misma, se sentía un poco febril y fría.
Luego sus emociones también estaban muy elevadas, no tenía control sobre ellas y el sonido de las gotas de lluvia seguía aumentando.
—Denzel, me siento extraña, pero no sé qué está pasando. Siento que necesito aire fresco.
Eso era lo que ella pensaba, pero Denzel sabía que estaba lejos de ser eso.
Las maneras silenciosas con las que podía espiar a la gente y el cambio en el color de sus ojos con el sonido creciente de las gotas de lluvia dejaban mucho por investigar.