Valerie se sintió impotente; toda su adrenalina de antes se esfumó por la ventana. No podía soportar lastimar a Alessia, ni siquiera en nombre del entrenamiento. Esta regla era ambigua. Dejar inconsciente a Alessia con su nivel de fuerza significaría que Valerie tendría que recurrir a métodos crueles para hacerlo.
No era una sesión de entrenamiento lo que Alfa Denzel estaba enfatizando. Era una batalla real. Valerie estaba molesta y para confirmar si esto era la venganza del Alfa Denzel por su desobediencia o simplemente su estilo de entrenamiento, le dijo:
—Dame a alguien más.
—No. Quieres pelear con ella, así que luchas con ella —dijo Alfa Denzel con una expresión inexpresiva, confirmando sus sospechas.
Los ojos de Valerie estaban llorosos. No podía soportar lastimar a Alessia, y tampoco podía controlar su enojo. Sin importarle que estuviera frente a los miembros de su manada, comenzó a rabiar como un león herido.