—Deja de hacer tonterías. ¿Cómo puedes recortar mi barba si no eres mi novia? Si aceptas ser mi novia y estás dispuesta a darme tu corazón, cuerpo y alma, entonces lo permitiré —dijo Ryker con diversión, sabiendo que ella no aceptaría la oferta, por lo que esta era la mejor manera de salir de este apuro.
—Podría haber ratones y serpientes ahí dentro. Me da miedo que me muerdan si te beso —se rió Valerie de su respuesta y replicó.
Ryker estalló en carcajadas mientras servía los fideos. Era increíble que Valerie tuviera buen sentido del humor. Nadie nunca lo había hecho reír de la manera en que ella lo hacía en ese momento.
—Para tu información, mi barba está bien cuidada y si debes saberlo, es muy especial para mí ya que sirve como símbolo de algo importante. Tus alimentos están servidos, querida Luna —él le acercó una silla y ella se sentó mientras él colocaba los cubiertos frente a ella.