—Están intentando salir de la ciudad, y no tengo suficientes hombres para perseguirlos. Están planeando ir a diferentes países —informó Godic por teléfono.
Espiar a enemigos de distintos países no era solo caro, sino también tedioso. A veces, la información podría no llegarles temprano, e implicaba un equipo, ya que podrían turnarse para descansar también.
Al Alfa Denzel nunca le agradó que se desperdiciaran tantos fondos en gente que iba a morir, sin reportarle ninguna ganancia.
—¿Puedes aguantar hasta mañana? —preguntó el Alfa Denzel, aceptando que era hora de acabar con sus adversarios.
Godic estaba contento de que iba a realizar el viaje y también podía firmar algunos documentos que requerían su atención.
Para Godic estaba claro que el Alfa Denzel ya no estaba tan interesado en sus negocios en Las Vegas como en la manada.