Alfa Ludwig se sentía avergonzado. Los miembros de su manada sufrían este calor todo por nada y habrían sido asesinados cuando él simplemente podría haber pedido ayuda al Alfa Denzel.
Sabiendo que había perdido su confianza, no sabía cómo recuperarla, pero estaba contento de que ese mal iba a terminar.
Alfa Denzel miraba fijamente a Carmilla. —Si quieres irte y dejarlos vivir, entonces eso también deberá basarse en mis condiciones.
La madre y la hija perdieron la esperanza, sabiendo de lo que era capaz Alfa Denzel, y Carmilla también. Incluso la diosa de la luna había sido forzada a violar muchas reglas a causa del Alfa Denzel.
Luego los espíritus seductores que pensaban derribarlo o separarlo de Valerie también fracasaron brutalmente.
—¿Qué condición es esa? —ella preguntó, Alfa Denzel habló seriamente.
—Que me permitas cremarte, aquí y ahora, o no solo te mataré y aún así cremaré cualquier cuerpo que hayas poseído sino también a tus malvados descendientes. Tú decides.
