Antes de llegar a la coronación del Beta Bodie, el Alfa Denzel había anunciado durante el entrenamiento a sus miembros de la manada que ayudaran a difundir el rumor de que estaba parcialmente paralizado.
Les explicó la razón, y estaban desesperados por vengarse de quien le disparó a su Alfa.
El Alfa Denzel no era de fingir, pero tenía una silla de ruedas personalizada. Elegante con un traje negro y camisa negra, Luna Valerie lo ayudó a salir del coche y a entrar en la silla de ruedas.
Su brazo rodeaba su cintura mientras el Alfa Denzel le permitía cargar el setenta por ciento de su peso.
Valerie explicó la situación al atónito Beta Bodie, asegurándose de que Denzel estuviera cómodo en la silla de ruedas.
—Le dispararon en el mundo humano, y lo trajimos aquí demasiado tarde. Su lobo no pudo curarlo completamente —dijo.
Para un hombre como el Alfa Denzel estar en este estado, el Beta Bodie no pudo evitar sentir miedo y simpatía.