El salón estaba lleno de silencio, y se podría escuchar caer un alfiler. La mente de Valerie era un lío mientras miraba al hombre en el piso de abajo.
Luego su mirada se trasladó a la de Alfa Denzel. Era una mirada vacía. No había emoción en su rostro, pero ella sabía que él estaba sufriendo. Sin decir una palabra, dio media vuelta y corrió de vuelta a la habitación de la que había salido.
Alfa Denzel no la siguió, sabiendo que ella iba a hablar con su lobo. Se dirigió a Alfa Kendrick, que tenía una sonrisa astuta en su rostro.
—Alfa Kendrick, ¿qué acaba de pasar? —preguntó Alfa Denzel.
Una mirada inocente se apoderó de las características de Alfa Kendrick, y parecía ofendido. —Alfa Denzel, usted respeta el lazo de compañeros y debería entenderlo —respondió Alfa Kendrick.
La esquina de los labios de Alfa Denzel se curvó un poco, y se sentó en el sofá, indicando a Kendrick que se sentase.