Los ojos de Aurora se iluminaron al ver al Alfa Denzel, ya que no había visto a Valerie. Fue pura suerte que tuviera la oportunidad de estar en su casa, especialmente porque él estaba solo.
—Don Denzel —la emoción teñía su voz, pero Denzel no le respondió. En lugar de eso, sacó su teléfono y marcó el número de Godic.
—¿Me dirás qué hace Aurora en mi casa? —había un deje de irritación en su tono, y Godic estaba nervioso. Debido a la urgencia con la que se había ido, no pudo informar a Don Denzel sobre el cambio de eventos.
—Lo siento, Don. La persona de la limpieza no pudo venir y la agencia no pudo encontrar un reemplazo rápidamente. Decidí hacerlo yo mismo, pero Aurora insistió en acompañarme. Como había terminado de trabajar, no me negué. Cuando llamaste, la dejamos terminar de limpiar. También recibí la pizza, y está en la nevera.