—Se preguntaban cuánto tiempo habían estado ahí los dos y cuánto habían oído, especialmente el Alfa Denzel.
—Negociar con el Alfa Troy sería fácil, pero no con el Alfa Denzel, especialmente cuando su expresión era tan nublada.
—Parecía que se estaba gestando una tormenta. Cualquiera trataría con el vaso más débil, y el Comandante Alfa no era la excepción. Él preguntó:
—Alfa Troy, ¿cuánto tiempo llevas ahí?
—Todo el tiempo necesario —dijo seriamente Alfa Troy.
—Su corazón estaba pesado al saber que sus invitados no otorgaban el máximo respeto a su Luna cuando pensaban que él no estaba.
—Fue bueno que él prestara atención al plan de Alfa Denzel. De lo contrario, ¿cómo habría sabido que estos Alfas aún carecían de respeto por las Lunas, simplemente porque eran mujeres?