—Hay un problema en mi reino. Ven y ayúdame a resolverlo. No tomará más de tres días, y podrás regresar a tu manada.
—Jajajajajaja —Alfa Denzel rió. Recobrando la compostura, lanzó maldiciones sobre ella—. Que te jodan, Selene. ¿Crees que puedes atraparme contigo? Inténtalo más duro.
Nadie podría regresar si efectivamente fueran al reino de la diosa de la luna. Alfa Denzel lo sabía muy bien, lo que significaba que la diosa de la luna estaba siendo suplantada. Esta no era la mujer que vio la última vez.
Selene se enfureció por sus maldiciones hacia ella. Alfa Denzel era el más intrépido de sus criaturas. —Te he dado demasiado, y estoy siendo cuestionada por ello. Toda la sangre que derramaste clama en tu contra. ¿No te importa? —Ella intentó despertar un nivel de culpa dentro de él pero fracasó terriblemente en ello.
