Valerie no entendía lo que sentía. Le encantaba tener a Ryker cerca porque se sentía sola, y él había expresado su gusto por ella desde el principio, lo cual le parecía comprensible. Él no estaría allí si no le gustara, pero amar era otra cuestión.
Sus interacciones con él siempre habían sido honestas, y no iba a permitir que eso cambiara. —Ryker, me gustas mucho, de verdad, pero el amor es lo menos de mis preocupaciones.
La cara de Ryker se descompuso, pero Valerie colocó su mano en la de él reconfortantemente mientras explicaba sus razones.
—Mi manada me traicionó, lo peor de todo fue mi hermana de sangre, Scarlet. Por no mencionar el vínculo de compañeros y la trampa que me puso Tristan.
—Solo porque sonrío todos los días no significa que esté bien. Mi corazón sangra cada vez que cierro los ojos para dormir porque todo lo que veo es cómo mi propia manada, a la que protegí con mi sangre, se volvió contra mí.