—Lin Xinxin se recargó en su abrazo, riéndose alegremente —Hermano Mayor Chai, te gusta Qiao Ning, ¿por qué no puedes admitirlo?
—Xinxin, ¡estás borracha! —Chai Xiyang frunció el ceño ligeramente.
Los ojos del padre de Chai se abrieron de sorpresa
—Xiyang, ¿tú, tú te gustan Qiao Ning? —preguntó el padre de Chai asombrado, como si escuchara un cuento fantástico.
—Lin Xinxin asintió con dolor —Sí, le gusta Qiao Ning, no a mí, a Qiao Ning, no a mí...
—Xiyang, ¿qué está pasando? —Preguntó su padre con incredulidad.
—¡Primero la llevaré a casa! —respondió Chai Xiyang en tono grave.
—No me voy... —Lin Xinxin sacudió la cabeza angustiada, pero Chai Xiyang aún así la llevó a la fuerza.
Realmente no esperaba que Lin Xinxin se embriagara y lo buscara.
Si lo hubiera sabido antes, la habría hecho irse más pronto.
Pero aunque su padre descubriera sus sentimientos por Qiao Ning, no importaba. Tarde o temprano se enteraría, solo que enterarse ahora causaría algunos problemas.