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—Qiao Ning, puedes quedarte aquí sin preocupaciones. Mañana te ayudaré a encontrar una casa, te garantizo que la Familia Zhang no se atreverá a molestarte de nuevo.
—Gracias, Xiaotang —dijo Qiao Ning agradecida.
—¿Realmente necesitas ser tan formal conmigo? Bueno, tú descansa ahora, buenas noches.
—Buenas noches.
Después de dejar la habitación de invitados, Hai Xiaotang subió las escaleras hacia su dormitorio.
Antes de entrar a su habitación, pasó por la habitación de los niños para arroparlos. Después de darles un suave beso en sus mejillas, volvió al dormitorio que compartía con Dongfang Yu.
Dongfang Yu ya se había bañado y estaba leyendo en la cama esperándola.
En cuanto Hai Xiaotang entró, comenzó a quejarse:
—¡No tienes idea de lo molesto que es Chai Xiyang!
La mirada de Dongfang Yu se desvió de su libro, la miró con confusión:
—¿Qué sucedió?
Hai Xiaotang se metió en la cama y se desahogó:
