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Podía entender su soledad.
Porque él también se sentía solo.
Especialmente cuando fue diagnosticado con leucemia hace unos años. En ese momento, la soledad se filtró en sus mismos huesos.
En aquel entonces, tenía miedo de morir solo...
Pero luego Qiao Ning insistió en quedarse para cuidar de él, compartiendo sus días, y él logró olvidar su soledad.
Sin embargo, en ese tiempo, lo único que tenía en mente era tomar venganza de ella.
Para desahogar el resentimiento que había acumulado a lo largo de los años...
Sabía que ella no era a quien debería despreciar, sin embargo, el odio que sentía por ella era el más profundo.
¿Por qué era así?
Chai Xiyang no entendía por qué odiaba tanto a Qiao Ning.
Pero no debería haberla odiado tanto... y menos aún humillarla, herirla cuando estaba en su momento más desesperado.
Pensando en estas cosas, Chai Xiyang sentía una molestia vaga y un pinchazo en su corazón.
