Chai Xiyang levantó la vista para verla de pie tan lejos, un destello de oscuridad cruzando por su mirada.
—¡Acércate! —instruyó con un tono frío.
Sin otra opción, Qiao Ning obedeció, deteniéndose aun a un par de pasos del escritorio de la oficina, sin embargo.
Chai Xiyang la evaluó de pies a cabeza, manteniéndose en silencio. Qiao Ning se quedó desconcertada por sus miradas inquisitivas.
Incomoda, ella preguntó:
—¿Qué más quieres decir?
—¿Alguna vez has pensado en escribir guiones? —Chai Xiyang lanzó de repente la pregunta.
Sorprendida, Qiao Ning repitió:
—¿Escribir guiones?
—Tú eres la que más conoce este libro. Tú unirte al equipo de guionistas podría dar mejores resultados. ¿Quieres intentarlo? Esta oportunidad no se da a menudo.
—Quieres decir, ¿quieres que participe en la adaptación del guion... —no concluyó la frase.
—Exactamente. Solo con tu participación en la adaptación podríamos capturar mejor la esencia de la historia.