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—Sé... —asintió Qiao Ning—, no espero estar junto a él, ni ansío un resultado. Ahora mismo, lo único que realmente quiero es que se recupere y esté a salvo... Mientras él esté bien, puedo quedarme fuera de su vista para siempre...
—Hai Xiaotang suspiró—, Qiao Ning, ¿por qué eres tan tonta?
—También creo que soy muy tonta... —Qiao Ning dio una sonrisa de disgusto.
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Pero, para Hai Xiaotang, su tontería solo la hacía más entrañable.
Pero era exactamente como antes, sabiendo perfectamente que él no la amaba, sin embargo, incapaz de soltar y olvidar.
Quizás Qiao Ning estaba incluso más presionada por no poder soltar.
Porque había recibido el amor de Chai Xiyang, y compartieron innumerables hermosos recuerdos.
Mientras tanto, ella no tenía nada pero se negaba tercamente a retroceder.
Si no fuera por la intensa desesperación que enfrentó más tarde, nunca se habría dado por vencida.
¿Tendría Qiao Ning que pasar por este tipo de desesperación para rendirse?
