Era una familiaridad con la que soñaba cada noche.
Hai Xiaotang se levantó lentamente, caminando hacia él con incredulidad.
Tenía miedo de que esto fuera solo un sueño, esforzándose por abrir bien los ojos para verlo claramente. Pero su visión estaba borrosa por las lágrimas, y no podía verlo claramente.
El hombre simplemente estaba allí, inmóvil, esperando a que ella se acercara.
Finalmente, Hai Xiaotang se acercó a él y preguntó con incertidumbre:
—Dongfang Yu, ¿eres tú?
—Te equivocaste en un carácter, no es Dongfang Yu, es Dongfang Hen. —Su respuesta casual estuvo acompañada de un tono extraño.
Los ojos de Hai Xiaotang se abrieron de asombro
¿Dongfang Hen?
Entonces pudo finalmente ver su rostro claramente.
Un rostro guapo, un sesenta por ciento similar al de Dongfang Yu, pero con un ambiente frío y siniestro añadido.
Dongfang Yu también era diabólico, pero de una manera correcta. El suyo, sin embargo, se sentía terriblemente oscuro...