-Eran las doce y media de la tarde, se podía escuchar el murmullo de varias personas ensayando para el papel, yo incluido entre ellos, había pasado todo el día leyendo el guión, el cual por supuesto, era el típico cliche, un empresario frío, se va enamorando de su asistente, linda y torpe- ¿Miguel Vásquez...?- La voz de un hombre me sacó de mis pensamientos, al parecer ya era mi turno, inhale profundamente, necesitaba mentalizarme, era todo o nada y yo no vine para perder, con un paso decidido fui a la habitación y encontré algo particular-
-¿Eres Miguel... no?- La habitación era blanca, había dos hombres sentados detrás de una larga mesa, enfrente suyo una silla donde me imagino debía sentarme, pero lo que no entendía era el por que había una mujer ahí, parecía estar en sus 20s, pero eso no explicaba su presencia-
-Si, soy yo- Uno de los hombres era un joven de piel morena, su cabello azabache estaba peinado hacia un lado, ojos como el carbón, pero con un brillo inusual detrás de sus lentes- ¿Comenzamos?- El otro hombre, este siendo más grande en cuanto edad, asintió tranquilamente esperando mi actuación con ansias- Claro-
-El guión hablaba de una escena en donde el empresario se pone celoso de la atención que le da ella a su compañero de equipo, provocando que la acorrale contra la pared, tenía que aprovechar la oportunidad, por lo que acorrale a la mujer, mi cuerpo estaba lo suficientemente cerca para sentir su calor, tome su barbilla suavemente, pero con firmeza y la obligué a mirarme a los ojos- Tú... No DEBES hablar con alguien más que no sea yo... Tú me pertenences solamente a mí, ¿entendiste, mujer?- Siempre había hecho que las mujeres gritaran por mí, era guapo, sabía que lo era, pero por primera vez en mi vida, no hubo un grito o sonrojamiento, nada de eso, sus ojos castaño claros me miraron despectivamente, como si miraras un árbol marchito en la carretera-
-Eso... - La voz de aquella chica era fría, podía sentir como mi columna tembló ligeramente y más ante su sonrisa divertida- Fue interesante, nadie me había utilizado para su actuación.- Él más joven de los hombres sonrió ligeramente y negó con la cabeza- Bien... Tú te quedas, ganaste- ¿De qué estaba hablando esta chica, ella no solo estaba acompañando al anciano?-
-Flor...- Cuando el azabache dijo el nombre me congelé, ¿Flor? ¿Ella era Flor Cervantes? Actualmenmte la mejor directora del año, ganó con su última película, "Rosas de mármol", pero nunca se daba a conocer y ahí estaba ella, sentada tranquilamente con una sonrisa ligera, como si hubiera encontrado un buen juguete que estrenar-
-Solo te diré algo, chico bonito...-Ella se levantó de la silla y me aparto sin tocarme- Te haré la vida un infierno si no sigues mis órdenes... ¿entiendes?- Sus ojos brillaron, tenian el brillo de la autoridad y poder sobre alguien de menor escala- No me importa si eres el actor del momento, si tanto Omegas como Alfas te desean, en mi estudio tu serás una pieza más... ¿si?- La miré y sonreí, ella me estaba utilizando para su película, entonces yo la utilizaría para subir a la fama-
-¿Donde firmo?-
-"Y con la nuevas noticias en el mundo del entretenimiento, Miguel Vásquez, la estrella latina del momento acaba de ser aceptado para ser el protagonista de una película, pero no cualquier película, sino una dirigida por el gran maestro Carlos Sánchez y la anónima Flor Cervantes, los directores del momento, toda la comunidad latina esta orgullosa de los pasos que estan dando estos representantes"- Flor estaba mirando la televisión de la cafetería, soltó un profundo suspiro que no sabía que estaba aguantando, en estos momentos se preguntaba si había hecho la elección correcta, Carlos le había dado el si, pero ella todavía tenía sus dudas, Miguel era un actor en ascenso, había visto su trabajo en su primer película, le parecío un trabajo de calidad bien hecho, pero su personalidad sería el reto, no quería tratar con un Alfa narcisista, egocéntrico que pensaba con la cabeza de abajo, aunque la sonrisa que le dió cuando firmo el contrato le dijo que al parecer, él también se beneficiaría de ella, por lo menos eso lo pensó-