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Aunque sabía que él no podía ver, los oscuros ojos que miraban a Eve Thompson aún la hacían sonrojar.
Anthony Charlie siempre era como una deidad, por encima de los demás. Sin embargo, en ese momento, había un atisbo de confusión en sus ojos, su mirada no estaba completamente enfocada, añadiendo un toque de casualidad a su presencia. Lo hacía parecer como si fuera un dios que había descendido al mundo mortal, finalmente mostrando un lado vulnerable.
Eve tragó saliva.
Ella lo miró con asombro.
Su aroma llenó sus fosas nasales, y su mente comenzó a divagar. ¿La había reconocido?
Mientras pensaba, vio su gran mano descansar sobre su hombro. Luego, él habló con un tono sombrío —Te he atrapado.
Al escuchar sus palabras, Eve se sobresaltó.
Entonces lo escuchó decir —Carlos.
¡Estas dos palabras dejaron la mente de Eve completamente en blanco!
Ella lo miró conmocionada. ¿Cómo lo supo?!
¿Solo sabía que era Carlos o también sabía...?