Eve Thompson apretó el puño y habló a Jonas Thompson —Yo, Eve Thompson, he vuelto, debería tener el derecho de encargarme de este asunto, ¿verdad?
Sus frías palabras estaban llenas de un aura dominante, dejando a Jonas Thompson completamente estupefacto.
Todas las personas en la habitación no pudieron evitar mirarla.
Debajo de la gorra de béisbol, tenía el mismo rostro exacto que Iris Thompson, brillante y deslumbrante. Sin embargo, ese rostro en un hombre no parecía afeminado en absoluto. ¡En cambio, debido a su temperamento travieso combinado con la ropa deportiva blanca, había una sensación de belleza y atractivo ambiguos que borraban las líneas de género!
Todo el mundo estaba asombrado.
Eve Thompson miró alrededor de la habitación.
La fotografía en blanco y negro de Iris Thompson estaba colgada en el salón, para que amigos y familiares se inclinaran ante ella cuando venían a presentar sus respetos.
Eve pensó que sus lágrimas se habían secado en los últimos días.
