En la mente de Amelia Charlie, sin importar lo grande que fuera el negocio de su familia, seguía siendo solo un negocio. ¿Cómo podía compararse con la familia Bates?
No tenía idea de cuánto había crecido la influencia de Anthony Charlie a lo largo de los años...
Imploró con seriedad:
—Además, esa persona con el apellido Thompson arruinó a nuestra familia hasta este punto. ¿Por qué deberíamos casarnos con su nieta? ¿Ayudándole a proteger su negocio familiar? ¡La familia Thompson merece ser entregada a ese bastardo para que su familia también sea destrozada, solo así es justo para nosotros!
Estas palabras cambiaron el rostro de la anciana otra vez:
—¿Qué tonterías estás diciendo?
Amelia Charlie se levantó de un salto:
—Sabes si estoy hablando tonterías o no. ¿Te atreves a decir que no tienes esa idea sobre ese hombre con el apellido Thompson?
Los labios de la anciana temblaban de ira,—Tú, tú...
Amelia Charlie se burló, luego miró a Anthony Charlie, hablando con extrema dureza: