Ella estaba siendo malentendida por el hombre al que amaba. Estaba demasiado avergonzada para decirle que era pobre y solo tenía 200 en su bolso. No había podido pagar su cuenta, por lo que no tuvo más remedio que tomar el dinero de su cartera.
Hizo una pausa un momento y luego dijo—Adiós, señor Shen.
Tras colgar, su expresión volvió a ser calmada.
Parecía que nunca habían estado destinados a ser.
Aunque era pobre, su amor no tenía precio.
Lo que quería era una relación de respeto mutuo, no ser menospreciada.
Cuatro días después, Xia Yehua se había recuperado lo suficiente como para ser dada de alta y regresar a casa, donde continuaría con su tratamiento.
Junto con Qiao Lian y el resto, Xia Nuannuan volvió a la villa familiar.
Qiao Lian preparó una habitación de huéspedes para Xia Nuannuan y dejó a la chica descansar sola antes de ir a verificar la condición de Xia Yehua.
