—Se volvió hacia Shi Nianyao y le instruyó:
— Tú ponte la roja.
Luego, salió de la habitación.
Qiao Lian miró el vestido tradicional amarillo y se lo puso.
Mientras se cambiaban, de repente escucharon pasos acercándose.
Casi inmediatamente, escucharon al maquillador decir:
—Hermana Qiao, ¿qué te trae por aquí?
Otra voz respondió:
—Se me ha corrido el maquillaje, por favor arréglamelo.
Con un tono bastante nervioso, el maquillador dijo:
—Claro, dame un momento.
Encontró la oportunidad de correr hacia el vestidor, instruyéndoles:
—¡Ustedes dos, no salgan! ¡Salgan solo después de que ella se haya ido!
Qiao Lian y Shi Nianyao asintieron al unísono.
La otra voz que acababan de escuchar le sonaba familiar a Qiao Lian. Miró a través de la rendija de la puerta que daba al cuarto de maquillaje y vio a una dama en traje tradicional, sentada ante el tocador.
Desde el perfil lateral, tenía la nariz bastante respingona y un par de ojos delicados.
