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Había miles entre el público.
El lugar vibraba con música estridente, lo que aumentaba la emoción del evento.
Todo esto y, de repente, llegó a una plena realización:
Estaban en un partido.
¿Cómo podía estar pensando en otras cosas durante un partido y no concentrarse en el juego en curso?
Qiao Lian tomó una respiración profunda y habló después de un momento—Está bien. Lo entiendo.
Luego canalizó toda su atención en la pantalla de la computadora y colocó sus manos en el teclado y el ratón.
Había pensado que estaría desconocida con la configuración y se quedaría atrás de los demás miembros del equipo, después de ocho años sin jugar a los videojuegos en serio.
Sin embargo, en el momento en que su dedo tocó el ratón, una vieja sensación de familiaridad echó raíces en ella.
Miró sus dedos, se sentían como si estuvieran en llamas. Y era un fuego que ardía desde las puntas de sus dedos, directamente hasta el núcleo de su corazón.
