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Después de escuchar esa voz lastimera, Shen Liangchuan sintió como si su corazón estuviera siendo apretado.
Cerró los ojos y se suavizó. La expresión de disgusto que había tenido antes se tornó compleja en ese instante, cuando escuchó la palabra "hermano". Hizo una pausa por un momento y luego respondió:
—¿Qué pasó?
—Te extraño, mi hermano…
Los llantos de la chica se mezclaron con abatimiento. —¿Puedes venir a verme?
En el pasado, él la había acompañado numerosas noches para ver las estrellas cuando ella estaba llorando.
Si hubiera sido en aquel entonces, habría ido a visitarla sin decir una palabra.
Pero ahora, al pensar en las cosas que ella le había hecho a Qiao Lian, casi causando que Qiao Lian nunca pudiera quedar embarazada de nuevo, simplemente no podía perdonarla por las cosas que había hecho.
Shen Liangchuan miró hacia abajo:
—Mi madre vendrá pronto. Ella estará allí en un rato.
—¡Pero yo quiero verte, mi hermano!