Qiao Lian apretó los puños con fuerza mientras veía a Song Yuanxi dar otro paso adelante. Entrecerrando los ojos, dijo —Qiao Lian, no importa lo que hagas, no serás rival para mi hermana. Mejor que te rindas.
Un leve gesto de suficiencia apareció en el rostro de Song Yuanxi después de pronunciar esas palabras.
Un sentimiento de placer crecía en ella al observar cómo el rostro de Qiao Lian palidecía. ¿Estaba Qiao Lian herida? ¿Desesperada? ¿Con dolor? Incluso si era así, no era suficiente.
Justo cuando pensaba que Qiao Lian había tocado fondo, de repente levantó la mirada.
El asombro había desaparecido de su rostro. Dijo con un tono inesperadamente tranquilo —Oh, así que tu hermana fue el primer amor de Shen Liangchuan.
Su falta de reacción tomó por sorpresa a Song Yuanxi.
No esperaba que Qiao Lian se mantuviera tan sobria y calmada.