Qiao Lian abrió mucho los ojos y lo miró confundida.
Su expresión de agravio solo logró irritarlo aún más.
Él entrecerró los ojos y la miró profundamente a los suyos.
Toda la vergüenza y el odio que había experimentado ocho años atrás habían despertado una idea dentro de él—no quería nada más que estrangularla.
Así, podría resolver las cosas de una vez por todas.
Sin embargo, al mirar su cuello alargado, no podía soportar tomar medidas.
Pensó en el momento en que ella estaba siendo maltratada por los sirvientes. Solo entonces se dio cuenta de que no podía soportar verla herida.
Solo él conocía la profundidad de su amor por ella.
No obstante, este profundo amor que tenía no valía ni un centavo a sus ojos. Para ella, era parte de la artificialidad de Internet.
Él era un hombre tan orgulloso. Sin embargo, había entregado su amor a alguien que lo pisotearía.