Los tres, incluida Su Meimei, estaban aterrorizados después de ver la mirada que Qiao Lian les estaba lanzando. Su Meimei solo pudo decir con dureza —¿Qué miras? Es debido a tu desatención que él pudo entrar en la agencia de noticias. ¿Por qué nos miras como si fuera nuestra culpa que esto sucediera?
Qiao Lian sonrió fríamente. Las comisuras de sus labios temblaban tanto que sus mejillas habían empezado a doler. Abrió la boca y estaba a punto de hablar, pero el editor gerente Liu Zhixing se le acercó y dijo —Ya es suficiente. Que Qiao Lian se haya herido también implica a nuestra agencia, así que ve rápidamente al hospital y haz que revisen tus heridas. La empresa reembolsará el costo de tu tratamiento.
Mientras decía esto, miró a Qiao Lian de una manera extrañamente despreocupada.
Su expresión claramente le comunicaba a Qiao Lian que todo este incidente no habría ocurrido si ella no lo hubiera ofendido.
¡Esta gente... era realmente sinvergüenza!
