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En un estado de aturdimiento, Qiao Lian sintió como si su pecho estuviera aprisionado bajo una gran roca caliente.
Un familiar aroma masculino se colaba en sus fosas nasales, lo que la llevó a intentar abrir los ojos, en un intento de ver exactamente qué estaba sucediendo.
Sin embargo, dado que se había quedado despierta hasta tarde en la noche, en ese momento estaba extremadamente cansada.
Mientras luchaba con sus párpados, escuchó una voz suave. Era como si la voz emanara desde las partes más profundas de sus recuerdos y era lo suficientemente alta para hacerle pensar que se estaba hablando justo al lado de su oreja. La voz decía, —Xiao Qiao, ¿por qué eres tan buena conmigo?
Xiao Qiao: …
El familiar saludo, además de la forma única en que se pronunciaba la palabra 'Qiao', la hizo rememorar eventos del pasado, aun cuando habían pasado tantos años.
De repente, abrió los ojos. Lo primero que vio fue la mirada insondable de Shen Liangchuan.