El cuerpo de Qiao Lian se congeló inmediatamente.
Giró la cabeza con incredulidad y vio la fuerte complexión de Shen Liangchuan de pie frente a ella. En su rostro había sorpresa. Sus ojos la miraban, sumidos en pensamientos, pero también estaban llenos de alarma.
Qiao Lian preguntó con sorpresa:
—¿Por qué estás aquí?
Al terminar su frase, recordó las palabras que tía Xia le había dicho justo antes…
Un pensamiento apareció repentinamente en su cerebro.
Tía Xia había dicho que su hijo había llegado.
Tía Xia dijo que no se estaba quedando con su hijo.
En aquella noche lluviosa, no había podido volver a casa, pero había visto a tía Xia ser expulsada en un coche y al momento siguiente, el encargado Li la había llamado…
Todo parecía mostrar que su suposición era correcta.
Los ojos de Qiao Lian se agrandaron y su rostro se llenó de incredulidad y asombro.
—¡Tía Xia era en realidad su suegra!