Mo Xicheng siempre había sido una persona bastante relajada.
Había visto todo tipo de personas durante sus años en la industria del entretenimiento.
Gracias a ello, también había desarrollado una personalidad considerablemente resistente.
Tenía la habilidad de ignorar todo tipo de comentarios sarcásticos y despectivos, por lo que estos nunca realmente provocaban en él enojo o reacción.
Quién era definía su destino. No estaba destinado a una gran fama o popularidad.
Disfrutaba de sus propias pasiones en silencio, viviendo en las sombras. Esta era su vida.
Por eso, cuando vio que Qiao Yiyi estaba a punto de golpear a Shi Nianyao, su primera reacción fue proteger a esta última y no contraatacar.
Sin embargo, la respuesta de Shi Nianyao lo dejó bastante sorprendido.
Había controlado a Qiao Yiyi, pero Shi Nianyao había seguido con una bofetada de manera suave y precisa. ¡Eso había sido pura... poesía en movimiento!