—¿Qué era esto? ¿Acababa de tener una pelea con la tía, y ahora era el turno de la sobrina?
Ella miró a Su Meimei de una manera calmada e imperturbable. Sin embargo, Su Meimei la estaba mirando con una mirada venenosa.
—Qiao Lian, no has parado de llamarme la tercera en discordia y me desprecias. Pero, ¿no eres tú misma una tercera en discordia? ¿Qué derecho tienes para juzgarme? ¡Somos iguales! —Alzando una ceja, Qiao Lian preguntó:
— ¿Qué tonterías estás diciendo?
—¿Tonterías? —Su Meimei se burló—. No estoy diciendo tonterías. ¡Tú lo sabes muy bien! ¡Incluso he visto a la señora Shen en persona! Déjame decirte, la señora Shen ya sabe sobre ti, así que no pienses que puedes sentarte y pasártela bien!
—¿La señora Shen? —Qiao Lian se detuvo—. Viendo su expresión de sorpresa, Su Meimei se rió con desdén y continuó: