Los ojos de Qiao Lian se agrandaron hasta quedar perfectamente esféricos.
Sintió como si un fuego rugiente hubiera estallado de repente, calentando todo su cuerpo.
Todavía tenía un bocado de gachas en la boca. Se había olvidado de tragarlo.
Este hombre… ¿cómo podía hacer una pregunta tan descarada!
Sin embargo, su expresión era completamente seria, como si fuera a seguir preguntando hasta que escuchara una respuesta satisfactoria.
¿Será que… quería que ella comentara sobre su resistencia?
Este pensamiento provocó que Qiao Lian se atragantara un poco.
Estiró el cuello y forzó las gachas a bajar por su garganta. Lo miró de nuevo y se dio cuenta de que Shen Liangchuan todavía la observaba impasible.
Qiao Lian estaba al borde de las lágrimas.
¡Cómo podía esperar que ella respondiera tal pregunta!
Bajó la cabeza y dijo con la cara completamente roja, "Yo- Eso- Señor Shen, usted estuvo genial".
Debería estar satisfecho con tal respuesta, ¿no?