Xue Xi abrió los ojos de par en par y miró a Jing Fei.
Jing Fei tosió y dijo:
— Fang Yi.
Xue Xi hizo una pausa.
Jing Fei explicó:
— ¿Sabes cuál es el superpoder especial de Fang Yi?
Xue Xi negó con la cabeza.
Jing Fei tartamudeó:
— Su superpoder es la sanación.
Xue Xi entendió al instante:
— ¿Ella puede curar los daños causados por los esperanzadores?
Jing Fei asintió:
— Sí. No es médico, pero es mejor que un médico. Puede tratar lesiones causadas por esperanzadores. Por supuesto, también puede usar métodos especiales para tratar enfermedades.
—Hermana Xi, en nuestro departamento especial, nadie quiere ofenderla. Esta es la razón. Después de todo, cada vez que salimos a capturar a esperanzadores que cometen crímenes, nadie puede garantizar que no resultaremos heridos.
—Si fue una lesión causada por un esperanzador, siempre y cuando la persona no esté muerta, ella podría tratarlos incluso si perdieron un brazo o una pierna.
—Incluso puede tratar a pacientes comunes.
