En este momento, Xiang Huai estaba en graves problemas.
Los ojos del pequeño estaban borrosos. Afortunadamente, llevaba puesto el cinturón de seguridad, así que no se subió encima de él. Sin embargo, incluso así, todavía agarró su brazo y frotó su mejilla mientras decía:
—Miau~
Xiang Huai: "..."
De vez en cuando, cuando giraba la cabeza, podía ver los ojos nebulosos de su pequeña novia mostrando una pizca de súplica para que su dueño se acercara a ella. Esa mirada pegajosa le hacía tragar y mover la nuez de Adán.
A tan corta distancia, se podían ver los pelillos faciales de la chica. Eran tenues, pero la hacían ver aún más adorable.
Su piel era delicada, sus labios rojos y su nariz alta...
Su novia parecía una hada.
Desafortunadamente, ella solía ser fría y distante. Se concentraba en sus estudios y completamente ignoraba a su novio.