—Mañana —Xue Xi se movió aturdida.
Todo su cuerpo se sentía adolorido como si hubiera sido aplastado por un enorme camión. Frunció el ceño con indecisión y lentamente abrió los ojos. Justo cuando los abrió, se encontró con la cara de Xiang Huai.
Su exquisito rostro estaba tan cerca que Xue Xi no pudo evitar quedarse mirándolo sin pensar.
Aunque este novio tenía la mente llena de citas, no hacía bien su trabajo y era un heredero de segunda generación que dependía de su padre, tenía que admitir que este rostro era realmente atractivo.
Después de mirarlo un rato, Xue Xi se movió de nuevo y se dio cuenta de que sus piernas y brazos estaban siendo presionados por Xiang Huai. Los dos todavía llevaban la ropa de ayer.
No... ¿Qué está pasando? —Xue Xi estaba atónita.
En ese momento, Xiang Huai, quien había sido sacudido por sus movimientos, instintivamente presionó sus manos y piernas debajo de él.
No había elección.
Eso fue lo que pasó ayer.
