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Xiang Huai estaba a punto de besarla, pero de repente se detuvo.
El rostro que estaba a punto de tocar los labios de la niña se levantó al instante. Además, reaccionó rápidamente y extendió la mano para tomar la bebida de la mesa de noche de Xue Xi. Luego, con calma, se dio la vuelta y volvió a su asiento antes de explicar:
—Estaba tomando algo.
¿Tomando algo?
¡Xue Sheng no lo creía!
Entonces miró a su hija y vio que sus ojos estaban vacíos y su rostro era tranquilo. No parecía que acabara de estar íntima ni que estuviera planeando serlo.
¿Eh?
¿Realmente me equivoqué con Xiao Xiang?
Justo cuando su imaginación se desbocaba, Xue Xi dijo:
—Papá, ¿por qué estás aquí?
Xue Sheng dijo:
—Oh, también vine a ver una película. Como nos encontramos por casualidad, veámosla juntos.
Después de decir eso, se acercó al lado de Xue Xi y se sentó en su inmenso sofá.
Xiang Huai: «¿?»
Xue Xi: «¿?»
