En la pantalla a la que Xue Xi señalaba, Liu Xiu caminó hacia la escalera y se apoyó casualmente en la pared antes de continuar hacia abajo.
El documento en sus brazos no desapareció en absoluto.
—Eso ya lo hemos visto. No hubo cambios en su maletín de documentos. Es imposible que haya pasado algo allí. Además, no hay nadie alrededor de esa área. Realmente pensé que habías encontrado algo. No esperaba que fuera una falsa alarma… —se burló Zheng Zhi.
—Este es el otro lado de la pared. —Xue Xi apretó la mandíbula y suspiró; luego señaló otra pantalla.
¿El otro lado de la pared?
En el otro lado de la pared estaba el laboratorio de Xue Xi. Había muchas personas, por lo que ambos no lo notaron. Sin embargo, Xue Xi señaló a uno de ellos y dijo:
—Míralo.
Al escuchar sus palabras, Jing Fei y Zheng Zhi observaron más de cerca y se dieron cuenta que la persona sostenía un documento en sus manos. Rápidamente lo puso en su bolso y continuó caminando.
