Xue Xi se detuvo y sintió ganas de reírse.
Mientras tanto, Fu Yuanxiu levantó las cejas. Justo cuando estaba a punto de hablar, sintió comezón en la garganta y tosió. Sacó un pañuelo y se cubrió la boca mientras se giraba hacia el otro lado.
Qian Zheng se quedó atónita.
Su mirada primero se trasladó de su rostro al ramo de flores, luego a su rostro. Cuando Fu Yuanxiu terminó de toser, levantó las cejas y preguntó:
—Pequeña Cu…
Antes de que pudiera terminar de hablar, Qian Zheng tuvo una idea y dijo:
—¿Puede decirme, cómo llegamos a la sala de actividades?
Fu Yuanxiu:
?
Xue Xi:
?
Fu Yuanxiu se quedó perplejo. Miró a Qian Zheng y un brillo oscuro cruzó por sus ojos.
Después de decir eso, Qian Zheng sintió que era simplemente demasiado astuta. Dijo:
—Eh, ¿así que eres tú? ¿Pintor Fu? ¿Por qué estás aquí? Por cierto, Hermana Xi y yo vamos a la sala de actividades a jugar. Nos perdimos, así que vinimos a preguntarte.
